Imagen obtenida de Internet
Te observo allí desnuda entre las sábanas,
tu mirada lasciva, tu cuerpo incitante,
tu sonrisa turbia y segura. Me adicionas,
me silbas, ordenas, me mandas a abrazarte.
Tiembla mi orgullo masculino, me adoctrinas,
pero no me importa, me estimula y me late
con rabia el
corazón, desdicha, las ganas.
Ya sin tocarme una décima me adelanté
a recibir mi primer premio, tu baluarte,
delirante muestra de querer ser mi amante.
Me abres deliberadamente las sábanas,
me incitas lujuriosa, tu sexo "al dente"
y ese aroma ácido con el que me sugestionas,
me vuelve loco y hace que te posea ardiente.