Imagen obtenida de Internet
Me desvisto feliz ante tus ojos,
te ríes y te brilla la mirada.
Tus senos se agitan, arden golosos,
y mi piel se prende en llama abdicada.
Somos piel húmeda y cuerpos fundidos,
borrachos de goce en una ensenada.
Ríos de lujuria corren huidizos,
se fruncen caprichosos en la nada.
Nuestras sonrisas son ahora ríos,
mares y océanos que braman, duda
que galopa febril sobre abanicos
y que callan, fieles, en la almohada,
tras de la batalla campal, abiertos,
orgulloso de amarte, fiel amada.
orgulloso de amarte, fiel amada.