Imagen obtenida de Internet
Te prometí que te iba a visitar. y aquí me tienes, amor.
Deja,
tú no hagas nada,
deja que sean mis manos y mis labios
los que te hagan dibujos en tu piel.
Tú, amor, solo déjate hacer...
Mmm, hueles divino, mi amor.
Tu aroma me excita y estimula mí instinto animal...
¿Me dejas
que te convierta en una fiera? No, tú no digas nada
ni hagas nada, solo asiente
y déjame hacer...
Siente como mi lengua te recorre toda entera
y como se humedece y lubrica cada centímetro de tu piel.
¿Te
estremeces pequeña? Mi cuerpo también se estremece
y aúlla a tu mismo nivel.
Calla nena, shiss, tú, solo gime, suspira o bébeme,
lo demás
déjalo en mis manos.
te amo, amor y sé cuánto te gusta que te lo susurre al oído...
y me gusta más ver cómo arqueas tu cuello y suspiras de placer.
Así, mi amor, ábreme tu hermosa flor
y deja que mi arrullo y mi boca sedienta,
se apodere de esos pétalos
rebosantes de vida y de deseos.
Me gusta tanto mirarte, mientras mi boca,
mi lengua y mis
dientes, te hacen gozar
y sentir como nunca imaginaste.
Me vuelves loco de deseo y calentura,
y hago que mis manos abarquen tus senos,
mis dedos acaricien y pellizquen tus pezones
y mis dientes hambrientos y ansiosos
mordisqueen tus labios hasta hacerte morir de placer.
No, no lo hagas amor,
no te muevas, tú solo asiente y goza.
Hoy es tu día, tu gran victoria sobre mí,
mañana, mañana volveré a cobrarme la deuda,
hoy aquí tan solo
quiero ser tu esclavo.