Imagen obtenida de Internet
No
te atrevas a negar lo evidente,
te
amé como a nadie he amado.
Puede
que no cómo te hubiera gustado pero,
TODO
lo que te di fue AMOR.
Nunca
pude darte lo que creía te merecías,
aunque
bien sabes que lo intenté,
ahora
para mi eres como una desconocida
a
la cual y pese a todo... NUNCA OLVIDE.
Odio
la debilidad que detiene mi pluma
y
que la hace débil ante la adversidad.
Y
el sentirme débil me horroriza
y
hace gemir como un niño perdido
que
no encuentra a su mamá.
Dejo
libremente que mis lágrimas aterricen,
sin
vergüenza, sobre mi olvidada capa de dignidad.
Porque
es ahí donde radica ahora lo malo de mí presente...
aquel que sólo nos dura un
segundo
¿Me
dará tiempo para algo más que suspirar?
¿Será
por eso que nuestro desconocimiento
está
en el poco esfuerzo que hacemos por conocer a los demás? No me atrevo a
responder, ¿para qué?
la
vida se me escapa, y hasta intuyo saber dónde va...