Translate

Twitter - Linkedin

  • TWITTER

    Instagram

    jueves, 18 de abril de 2013

    Presiento que la felicidad me ha llegado tarde

    Imagen obtenida en Internet


    En esta desolación atroz que me consume,
    fluyen pensamientos extraños que me aprisionan y atrapan.
    Por eso siento que solo soy el mero espectador
    de lo que me hiere, duele, da miedo o mata.

    En las horas de mi soledad, en las que el silencio
    me hiere con su indiferencia.
    Siento el absurdo de mis deseos brincar,

    hasta sobresalir con rabia y romperse en mi pecho
    hasta hacerme sangre. Para morir después en mi boca
    presintiendo que la felicidad me ha llegado tarde.

    No existe peor penitencia que creerse humano
    y estar absurdamente penando por serlo.
    Ni mayor pena que la de no saber disfrutar
    lo que la vida te ha estado regalando y tú, ¡tonto!
    mil veces te estuviste negando el disfrutarlo.

    Como dardo o flecha envenenada,
    siento a mis pensamientos
    atravesarme y emponzoñar el interior de mi alma.
    Hasta se deleita con su sabor, agridulce y seco.
    Tan odiosos son y a la vez tan obscenos,
    ¡que ni siquiera me defiendo!

    Me giro angustiado hacia atrás y me pregunto
    «sí vendrás a buscarme».
    Pregunta inútil y absurda ¡Ya me encontraste!

    Aun así me digo lloroso y gimiente;
    «Cómo se echa de menos aquel ayer,
    cuando nos perdimos los dos,
    sin buscarlo, en nuestro mañana».