Imagen obtenida de Internet
No te alejes, mi amor,
sabes que sin ti, estoy yerto,
que soy
un hombre desquiciado,
sin ilusión, fe o talento.
No finjas que no lo sabes,
a
tus ojos hace tiempo que soy
cómo hierro oxidado,
un leño seco o acaso, un
muerto.
Permíteme darte un lugar en mi corazón,
el que te mereces,
ser
el centro de mi universo.
No me creas osado,
tengo una razón;
tú vives en él, dentro o fuera,
dando asilo a mi cuerpo.
No me mires así, no estoy loco,
ve mi mano distendida y
cógela,
quiere sentir tu calor, a tu alma,
abrazarte con su poesía y beberse
la
dulzura de tu sonrisa entre sus líneas.
Tal vez me sientas incómodo,
hasta brusco, ceniciento o frío,
pero,
no te asustes,
estoy encerrado viviendo en un sueño
y disfrutando de tus
gemidos
y susurros abrazada a mí cuello.