Imagen obtenida en Internet
Cómo
crece la hierba en el desierto
o
en el páramo con orgullo luce la flor.
Late
mi corazón en mi pecho esperando
sentir
el rápido latir de tu corazón.
Seguiré
esperando su sonido
o
tu respiración agitada y consentida,
aunque
el tiempo transcurra muy lentamente
y
siga yo sin escuchar los suspiros de tu amor .
Sé
de sobras que no es culpa tuya,
estás
ahí, muy cerquita y silenciosa,
oculta
tras ese escurridizo temor a sufrir una desilusión.
Lo sé no me sufras, amor,
no
tienes que decirme nada, soy yo...
Amarte
fue, es y será, mi delirio.
Solo
faltará que escuches de mis labios ésta canción...
«te quise, te quiero y te amaré con desesperación.
Sigue ahí si
quieres, oculta,
pero
¡no te marches lejos por favor!»
Tal
vez nunca podré abrazarte,
y
de tus labios húmedos y apetitosos,
seguiré
sin escuchar una sola palabra de amor.
No
obstante, amor mío, sigo aquí, esperando
enfebrecido
a que tú por fin, me susurres
«No
sufras amor, no me voy,
solo
estoy descansando
y
esperándote desnuda en nuestra cama,
aguardando a que me abrace tu amor».