Siento despedirme así… es duro
hasta para mí.
Mi tiempo, ese tiempo del que
todos disponemos,
se me acaba, se evapora como el
vapor de agua.
como las quimeras…
Pero, ¿a quién le importa?
llegué solo a la tierra, y sólo
me volveré a ir.
Las heridas, aquellas que me
infringí, no se cerraron,
siguen abiertas, sangrando,
ya a estas alturas, son
purulentas,
de podridas y enquistada que las
tengo.
Ni siquiera voy a echar la vista
atrás,
¿para qué, qué quiero o debo
recordar?
nunca tuve vida, para mí que nací
muerto...
0 si acaso… al nacer, me
durmieron.
Me voy...
Sin embargo, marcharé llevándome
mí dolor,
los que amé aún siguen ahí... y
me voy con el convencimiento que no los volveré a ver.
Dejaré detrás de mí el
sufrimiento de cuantos me amaron,
sembrando, mientras desaparezco,
las semillas vírgenes de quienes
alguna vez, me quisieron.