Imagen obtenida de Internet
Recorrerán
mis lágrimas su cuerpo,
y
con ellas el dolor, me vencerá.
Besaré
y beberé de su piel hasta saciar la sed
y
su cuerpo, y mi cuerpo, lo agradecerán.
Sueños...
sueños... sueños...
Hastiada
la luna llena, me contempla,
y
ve como se me enajena el alma,
al
saber lo cerca que estuve de ella,
y
que aun así, la olvidé y la dejé escapar.
Sabía
de sobra que ni ella ni yo,
como
sueño, lo podríamos disfrutar.
La
realidad nos arrulla, y de nosotros,
ni
hoy, ni el ayer volverá.
Sueños...
sueños... sueños...
Otra
vez me tocará huir hacia ese bosque denso
y
sórdido que es la soledad.
Sabiendo
que buscamos entre las sombras
a
esa figura de hombre o mujer soñada
que
sepa cómo hacernos felices
y
que logre traer a nuestras vidas la felicidad,
venciendo
nuestros miedos
y
nos haga de nuevo volver a soñar.
Sueños...
sueños... sueños... ¡de felicidad!

