No me dejes despertar, porque es cierto, estoy en ti,
y más allá de vivir en tu sueño, en tu irrealidad,
vivo también en tu cuerpo, buscando la ansiada libertad,
una vida mejor, nueva, amor o poseer tu sensibilidad.
Tres cosas que borré hace muchos años de mi memoria,
hace mucho, demasiado, tanto tiempo ya...
que por mucho que busques en tu mente,
jamás lograrás llegar a mí ni hacerme despertar.
Estoy en ti, y lo sabes, porque soy un recuerdo, vivo,
un hilacho, un pedacito mío incrustado en tu ADN,
apenas en un átomo de tu vibrante y exultante corazón...
lo justo para que no te deshagas de mí ni me puedas echar.
¿Ahora lo empiezas a entender y te remueve el remordimiento,
verdad?
Pues, lo siento, ya es demasiado tarde, estoy tan hondo,
tan profundo en ti que, por mucho que ahondes o remuevas,
en tu interior ¡estoy en tus entrañas y no me iré ¡jamás!