Imagen obtenida de Internet
Amor, como echo en falta tus besos…
aunque extraño tus caricias cargadas de deseo mucho más.
Echo a faltar tus bailes para mí… lentos,
sinuosos, cargados
de fuego y sensualidad.
Tu mirada insinuante, pero a la vez dulce e hipnotizadora
envolviendo y protegiendo mi debilidad.
Recuerdo como si fuese hoy mismo
la
locura de nuestros cuerpos inexpertos,
pidiéndonos ardientes de desesperación y
deseo más y más.
Te extraño tanto amor y tan profundo está tu amor en mis
recuerdos…
que divago estúpidamente
por entre los oscuros presagios de mi
universo sin poderlo remediar…
Torpemente, como un bebé en sus primeros pasos,
caigo una y
otra vez en lo absurdo e irreal de mi pensamiento
intentando con mis manos
abrazarte…
y solo alcanzo a sentir al aire abofeteándome la cara…
Ya no me queda nada... salvo buscarte inútilmente en la
miríada de estrellas
que me habitaron una vez el corazón,
esperando hallarte de
nuevo entre alguna de ellas…
No, mi amor, ninguna de ellas es o ha sido importante para mí
porque
nunca llegaron a brillar tanto como tú en mi corazón…