Imagen obtenida de Internet
Mírame, querida, ¿me ves? estoy viejo.
Mis huesos de cristal a punto de romperse.
Apenas ya queda nada de lo que conociste.
Tal vez creas vislumbrar aún un recuerdo lejano
de lo que amaste hace ya una eternidad.
Pero, no te engañes, solo estás viendo un espejismo,
un
retazo, un esbozo diluido,
perdido en tu memoria donde aún tú misma crees
sentir el pálpito del sentimiento.
Creerás estar ante un rostro joven, sonriente y con vida.
Cuando
en la realidad lo que estarán viendo tus ojos será dolor, llanto, tristeza y
agonía. ¡Mírame querida,
soy el eco repetido de una estrofa de una mala poesía!