Entraré en tu cuerpo triunfante,
penetraré hasta los cimientos de tus entrañas
y absorberé a besos tus sentimientos,
luego de sellarlos con placer… me marcharé.
Y todo en ti serán recuerdos olvidados,
memorias de placeres inconclusos
hasta abrazos que
jamás se sucedieron
y adioses que nunca dimos, ni quisimos dar.
Retrataré en mi mente obtusa,
cuanto fuimos y cuanto nos quisimos,
dejaré desheredado lo que sentimos
y me imbuiré de raciocinio para poderte olvidar.
Luego… me dejaré envejecer,
dejaré secar mis huesos y desangrar al alma,
tirando la llave de mi corazón
y olvidando que el cerrojo… siempre estuvo roto.