Imagen obtenida en Internet
Llamadme indecente , sinvergüenza si queréis,
o también aprovechado e infiel, qué más me da
si al fin y al cabo, nadie me creerá si les digo
que solo soy un iluso y enamorado del amor.
De la vida aproveché su espléndido sentido
bebiéndome… sus suspiros de energía y fe,
cuando álgido y difuso me desperté, envuelto
en el desencanto y en sus labios dulces como la miel.
Y así fue como me llené de sus entrañas hasta morir
en su placer. Llamadme ahora de todo si queréis,
gritarme o insultarme hasta hacerme enloquecer.
De la vida aproveché su espléndido cuerpo y siendo sordo
a
vuestros gritos, seguiré sus pasos… gozando y viviendo
en mil pecados hasta morir en su amanecer.