Imagen obtenida de Internet
Qué se puede hacer cuando ya no se tiene alegría,
cuando ves que el tiempo transcurre sin ilusión o fe.
Cuando cada segundo deseas sea el último...
y no pasa nada... sigues respirando, con vida.
Me duele tanto saber que no soy más que un punto en la nada,
una efímera y seca mota de polvo, sedienta
y capaz de soñar o ¡volver a creer en las hadas!
Odio en lo que me he convertido, ¡mustio y sin alma!
Hereje sin sueños, sin ilusiones, fe o esperanzas...
Cargado de dolor, desesperanza o añoranzas,
llevando todo a mis espaldas, sin quedarme nada.
Me grito fuerte, sin querer mirarme en el espejo,
¡Basta de flaquezas, quejas o lágrimas ingratas,
eres tú quien te flagelas, pides muerte o te matas!