Me alejé de
la erótica,
casi tanto
como me acerqué a la ansiedad,
angustia
desdichada de una mente privada de libertad.
Foco de
infecciones que maltrataron e hirieron
a este
corazón que está aún por cicatrizar.
Un ulular de
suspiros me avisa inquieto
que a su vez
permanecen sujetos
a un deseo
sublime de ansias renovadas de amar.
Alma fundida
a un corazón hierático,
casi tanto
como plomizo, ceniciento y huidizo…
que no
obstante subyace sediento
por volver a
demostrar que, en este cuerpo,
no
solo se cumplen años,
también se
escuchan desbocados latidos
como en un imberbe adolescente,
aunque éstos
permanezcan ocultos,
casi
perdidos, en esta jungla de laberintos,
en que se ha
convertido mi cuerpo, tan pesado….
cómo en
escalones enormes se convirtieron mis años.