Imagen obtenida de Internet
Y
dejaré al orgullo que descanse,
a
la vanidad que se duerma
y
ya, por fin, me sentaré a su vera a cantarle...
"No
tengo tiempo ni ganas,
de
tenerte a mis espaldas,
clavando
tus frías garras,
dentro
de mis entrañas...
Tómate
un respiro, canta y baila
o
tírate al río y ahógate
y
deja a mi tristeza que se vaya
donde
el olvido ya forme parte del ayer
y
tu ayer sea ya por siempre mi mañana.
No
tengo tiempo ni ganas…
Vendré
a ti sin orgullo,
buscando
tus manos blancas
para
ver si me levantas
de
esta ya perdida lucha
que
en el ayer se clavara en mi alma.
Que
nunca llegue a tocar mis manos
una
herida que sangre y ésta sea la tuya,
ni
pueda yo jamás infringirla con mis palabras.
Míralo,
mi corazón, abierto
y
latente te entrego, cógelo,
es
tuyo, a mí… ¡ya no me hace falta!
No
tengo tiempo ni ganas…
Terrible
cosa es la muerte que
llanto
y desolación nos arranca.
Aunque
más terrible es el estar vivo
¡Viviendo
como una triste y desolada estampa¡
En
este mundo no hay sitio para mí,
nací
vestido con ropas inservibles,
piel
vieja, llanto de silenciosas flaquezas,
y
demonios que pululan libres,
haciendo
daño, por esta masa de arcilla hueca
que
es mi cabeza descerebrada.
No,
¿para qué? no tengo tiempo ¡ni ganas!